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Historia Villa de Alvarez Colima

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Época precolombina

En lo que hoy es el municipio de Villa de Álvarez, se localizan vestigios de cuatro asentamientos indígenas, que son: Almolonia, la Campaña, el Chanal y Juluapan.

De acuerdo con los vestigios tanto lingüisticos como arqueológicos existentes, se concluye que los pobladores de dichos lugares son de origen náhualt como lo testifican los mismos nombres, a excepción de la campana, cuyo nombre original se desconoce.

Existe la hipótesis de que en el momento en que las tribus náhuas salieron de Aztlán, lugar que algunos historiadores ubican en las costas de Nayarit, alrededor de la isla de Mezcaltitán, un pequeño grupo, en lugar de continuar con rumbo al altiplano, en busca del águila parada en un nopal devorando una serpiente, caminó por la costa, después de algún tiempo se encontró frente a los fascinantes volcanes y sus fértiles campos que los circundaban, lo que motivó que se asentaran en dichos lugares, esperando el cumplimiento de la aparición del águila legendaria.

Al principio dedicaron su tiempo a la cacería, la pesca y la recolección de frutos y plantas silvestres, con lo que se alimentaban. Con el transcurso de los años, descubrieron diversos cultivos, que fueron básicos en su alimentación como el maíz, el frijol, la calabaza y el chile.

En la comunidad había tres clases de autoridades:

Los sacerdotes, que atendían al culto sagrado,
Los brujos (que también eran curanderos),
Los ancianos (que formaban el consejo)

Estas personas tenían la responsabilidad de decidir acerca de lo que tenía que hacerse en la comunidad y orientaban en los diversos problemas que se iban presentando.

Se habla de la existencia de un gran señor en el territorio Colimote a la llegada de los españoles (Hernán Cortés, 3 ª Carta de Relación)A él le rendían tributo varios señoríos de la región. Este gran señor estaba al frente de la provincia del Colimotl, por lo que es de suponer que los núcleos indígenas ya mencionados, en cierta manera dependían del señor de Colimán.

Los grupos indígenas tenían dos grandes preocupaciones en su vida: La guerra y el culto a las divinidades.

Entre las divinidades de la región se encuentran:

Tláloc (dios de la lluvia),
Huehuetéotl (dios del fuego) y
Teopilzintli (dios del niño)

Las manufacturas elaboradas por los indígenas nos hablan elocuentemente de sus actividades productivas.

Por lo que respecta a la cerámica, en el área de Almolonia que se localiza en la ribera del arroyo de Pereyra, muy cerca de la cabecera municipal, se han encontrado trastes, vasijas, así como figuras de piedra labradas (ranas)

En la zona de la Campana se han encontrado vasijas, piedras labradas, piedras decantadas para uso doméstico, ranas de piedra labrada, así como una figura de Tláloc, hecha de obsidiana.

En el Chanal han sido encontradas, así como piedras labradas, metates y huilanches. Allí existe una extensa área, donde por la configuración que tiene, se deduce que fue el lugar dedicado al juego de pelota.

En Juluapan se han encontrado grupos de guerreros hechos de figuras de barro, los cuales indican claramente actos de guerra.

Epoca colonial

Inmediatamente después de llevada a cabo la conquista de Colimán, las tierras fueron repartidas en encomiendas. De tal suerte que a Francisco Santos se le otorgaron las tierras de Almolonia y de Tlacalahuastla (hoy Minatitlán); a Bartolomé López parte de lo que hoy el Comala; a Hernando de Gamboa las de Coquimatlán, y al Conde de Terreros, terrenos de los Pastores.

Todas estas tierras eran ricas, por lo que empezó a florecer tanto la agricultura como la ganadería, ya que a la vez se disponía de mano de obra al contar con el trabajo de los indígenas.

El 22 de febrero de 1554, algunos frailes franciscanos, como Ángel de Valencia (guardián del convento), Honorato Franco, Jerónimo de la Cruz, entre otros, fundaron un convento al que llamaron San Francisco de Colimán y después de Almoloyán. La instalación del monasterio tenía como objetivo fundamental brindar protección y educación a los indígenas. Cerca del convento de San Francisco, en 1556, se fundó, con la autorización del Virrey don Luis de Velasco, un pueblo al cual le fue otorgado fundo legal y facultad para gobernarse por sí mismo.

En él se reunieron indígenas de varias poblaciones, principalmente de San Juan Chiapa.

El pueblo así fundado, según lo ordenó Lorenzo Lebrón de Quiñones tenía los siguientes límites: Zacamachantla a espaldas del monasterio, el camino de Colima al convento y a Almolonia, el camino a Juluapan y el río Pereyra.

Entre los personajes notables que vivieron en el convento de San Francisco de Colima, es digno de hacer notar la presencia del historiador Fray Antonio Tello (siglo XVII), autor de la Crónica Miscelánea, quién permaneció por tres años en dicho lugar.

En el expediente 65, caja 33 ª del Archivo Municipal de Colima hay un documento de 1797 que dice entre otras cosas: corresponde a la feligresía de San Francisco de Almoloyán: Comala, Suchitlán, Zacualpan, Juluapan, Quizalapa y Coquimatlán.

En 1748, Villaseñor y Sánchez, Oficial Mayor de la Contaduría de Tributos, contador General de Azoques y Cosmógrafo de la Nueva España, en su libro "Teatro Americano" hace la siguiente descripción de la Villa de Álvarez.

"A medio cuarto de legua de la cabecera (Villa de Colima) está el pueblo de Almoloyán en el que hoy es un convento de San Francisco, con curas de dicha orden, que administra a su vecindario; compuesto por 60 familias de indios, 15 españoles, 22 mestizos y mulatos; es este pueblo cabecera de partido situado en la parte del norte de la Villa. El trato de este pueblo es frijol y maíz por lo estéril de su recinto".

(Documentos para la historia del Estado de Colima, siglo XVI - XIX, Col. Peña Colorada, 1979)

Época de la Independencia

En 1810, el padre José Antonio Díaz, adscrito a la parroquia de San Francisco, al conocer la noticia del Grito de Dolores que proclama el levantamiento Insurgente para luchar a favor de la Independencia de México, invitó a las poblaciones vecinas a que se unieran al movimiento para acabar con la dictadura española.

Se dirigió a los ayuntamientos de Comala, Zacualpan, Juluapan, Coquimatlán, Tecomán, Tamala, Ixtlahuacán y Caután para que se unieran al movimiento de Independencia.

El padre Díaz a punto de ser aprehendido se trasladó a Guadalajara, donde Hidalgo le otorga el nombramiento de Consejero Proveedor General del Ejército Insurgente. Acompañó a don Miguel Hidalgo en la infortunada Batalla de Puente de Calderón.

En San Francisco de Almoyán, formó un ejército con los nahuales (indígenas del lugar) para luego irse a Coalcomán. Fue él quien pronunció el discurso patriótico en el juramento de la Constitución de Apatzingan (22 de octubre de 1814), el insurgente José Sixto Verduzco le otorgó el grado de Comandante Militar de Jilotán, donde siguió al frente de la feligresía.

En 1811 los habitantes de San Francisco Almoloyán encabezados por el lego Gallaga, libraron una sangrienta batalla en contra de los realistas, que a toda costa trataban de sofocar el movimiento Insurgente.

El 31 de mayo de 1818, un fuerte temblor provocó una catástrofe dejando un saldo de unas 200 víctimas. El siniestro alarmó profundamente a los habitantes de San Francisco de Almoloyán, por lo que a iniciativa del cura don José Ma. Jerónimo Arzac, decidieron abandonar el lugar para establecerse en otro más apropiado y con agua abundante, desplazándose con rumbo al Rancho de los Martínez y estableciéndose en las cercanías del Arroyo de Pereira.

En 1820 el Alcalde Constitucional de San Francisco de Almoloyán fue el Sr. José Ignacio Arzac.

En 1824 a la concentración humana que se encontraba junto al tamplo parroquial le fue otorgado el título de Villa de Almoloyán (10 de septiembre de 1824)

En 1836 el territorio de Colima, con el nombre de Distrito del Suroeste, pasó a formar parte del Estado de Michoacán, bajo el mandato de D. Melchor Ocampo.

En ése año el Distrito del Suroeste, se dividió en dos partidos: el de Colima y el de Almoloyán, teniendo por cabecera este último la Villa de Almoloyán.

En 1857 empezaron a celebrarse las fiestas charro - taurinas de la Villa.

El 15 de septiembre de 1860, siendo gobernador don Urbano Gómez, le fue cambiado el nombre a la cabecera municipal, quedando en adelante como: Villa de Álvarez, en honor al Gral. Manuel Álvarez, primer Gobernador Constitucional del Estado de Colima.

En 1867 Julio García y Filomeno Bravo hicieron frente a los imperialistas partidarios de Maximiliano de Hausburgo, logrando derrotarlos.

En 1872 don Porfirio Díaz llegó de incógnito a Villa de Álvarez, procedente de Manzanillo, habiéndose hospedado en la casa del Alcalde Sr. Ignacio Cruz Centeno.

El Porfiriato

En 1875 se formó en Colima una junta de 40 vecinos, quienes se dieron a la tarea de elaborar el "proyecto sobre construcción de un ferrocarril de Manzanillo a Colima y Guadalajara".

El proyecto consta de quince páginas y en él se expresan las ventajas que traería para Colima la construcción de tal ferrocarril. La directiva estuvo formada por don Ramón R. De La Vega, Agustín Schacht, Christian Flor, Jorge M. Oldenborg ,Miguel Bazán, Alejandro Véjar y Antonio E. Orozco.

El proyecto fue aprobado, y en 1889 se inició la construcción de la vía de Armería a Colima; el tren llegó a la capital en 1892; la inauguración oficial se llevó a cabo por don Porfirio Díaz en el año de 1908.

Una vez que el ferrocarril llegó a Colima, se continuó con rumbo a Guadalajara, pero antes se construyó una vía de 28 km. que atravesó el suelo villa alvarense y cuyo propósito era obtener madera para la vía que iría de Colima a Guadalajara.

Los primeros intentos por construir el ferrocarril urbano los realizó el gobernador Esteban García en 1884. El proyecto fue elaborado por el Ingeniero francés Arturo Le Haribel. En 1892 fueron instalados los primeros tranvías que iban del centro de Colima a Villa Álvarez, pasando por un lado del templo de San Francisco de Almoloyán.

Inicialmente los vagones fueron tirados por mulas, pero en 1929 se les adaptó un motor. Más en 1940, dado el notable progreso automovilístico, los tranvías terminaron su función en Colima.

El 5 de mayo de 1881, el Congreso del Estado ante la inconformidad planteada por el ayuntamiento de Villa de Álvarez resuelve, determinando los límites territoriales entre los ayuntamiento de Colima y Villa de Álvarez.

Los límites dados por el Congreso local, difirieron muy poco de los actuales, ya que no prosperó la propuesta del ayuntamiento villalvarense.

Siglo XX

El 4 de octubre de 1903 el Obispo don José Amador Velasco Peña, colocó la primera piedra de lo que fue llamada parroquia de Almoloyán, que a partir de 1953 es el templo parroquial de San Francisco de Asís, ubicado en la parte central de la ciudad de Villa de Álvarez, siendo encargado de la parroquia el señor cura don José Ma. Gerónimo Arzac quien a su vez fue auxiliado por varios fieles, como don Juan Centeno, quien además donó el terreno donde fue construido el templo.

Desde inicios del presente siglo se conocieron los siguientes barrios de Villa de Álvarez:

San Juan (por la calle de Aquiles Serdán)
Del Sol (por la calle Eduardo Álvarez)
La Frontera (por la calle Hidalgo)
La Haciendita (frente al Casino)
Los Cerritos (por la calle Manuel Álvarez)

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