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Historia Polotitlan Estado de México

Polotitlán es un nombre compuesto por el apelativo español Polo y la posposición náhuatl, titlán, que significa "??Lugar de los Polo"?, en memoria de los individuos de este apellido que combatieron por nuestra Independencia. Se distinguieron desde la Colonia por su acción rural y se destacaron finalmente, por haber gestionado de su peculio la erección del pueblo que hoy lleva su nombre1

Debido a la pobreza de sus recursos acuíferos, su baja temperatura y sus fuertes vientos, Polotitlán no parece haber sido un lugar muy poblado antes de la llegada de los españoles.

Los grupos otomíes que había en esta región prefirieron establecerse en lugares más provistos, como son las poblaciones cercanas al Río San Juan y a Arroyozarco, entre ellas la cabecera de Aculco. Sin embargo, se tienen noticia de que los mexicas, en el siglo XII, permanecieron, según Tezozómoc, en el sitio de Acahualcingo, próximo a la ranchería de Ruano, para proseguir por Coatepec rumbo a Tula en su largo peregrinar hacia Tenochtitlán.

De la misma manera que en la época prehispánica, parece haber sido la elección del territorio por los españoles que llegaron durante la conquista en el siglo XVI, pues las primeras encomiendas y mercedes de tierra de que se tiene noticia en las proximidades de la región que hoy ocupa el municipio de Polotitlán, se caracterizan por lindar frecuentemente con sitios que tienen una fuente, un manantial, un arroyo, o por estar cercanos al Río San Juan.

Entre los primeros colonos hispanos que resultaron beneficiados con la vecindad de estas demarcaciones, están: Juan Ramírez, Alonso de Hinojosa, Diego de Balza y Juan García Gamero, cuyas mercedes les fueron otorgadas entre los años de 1563 y 1594.

Lo cierto es que el territorio que hoy ocupa el municipio de Polotitlán presentó, hasta comienzos del siglo XVIII, los primeros indicios de una población formal que iría transformando poco a poco su fisonomía. De tal suerte que, cuando el fraile capuchino Francisco de Ajofrín transitó por estos lugares en 1764, escribió:

"??...tomé mi camino (viniendo de Arroyozarco) y pasé por el rancho y venta de Ruano, dos leguas; rancho de San Nicolás y los Potrerillos, una legua; a comer a la Venta del Cuervo, tres leguas; aquí hay una presa grande de agua con alguna pesca. Después, a la venta (que Dios haya) de las Palmillas, dos leguas."?

El Ventorrillo, la Soledad o San Antonio del Río como fue conocida la ranchería de Polotitlán, antes de erigirse en pueblo, pertenecía desde el siglo XVII a la jurisdicción municipal de San Jerónimo Aculco, y se caracterizaba por ser un territorio llano, estéril y seco, con el mismo aspecto triste que tenían otras comunidades fronterizas de los actuales estados de México, Querétaro e Hidalgo, donde los árboles eran raros, pero las magueyeras y nopaleras abundantes. Ahí la gente se moría cotidianamente de diarrea o pulmonía.

Entre las familias más antiguas del lugar, cabe destacar a las de los Dorantes, Quintanar, Godoy, Ledesma, Basurto, García, Solís, Romero, Jiménez, González y Legorreta.

Pero fue en San Nicolás de los Cerritos a donde llegó, en 1774, Juan Luis Polo, tronco de la familia que daría nombre al futuro pueblo de Polotitlán.

Del matrimonio de Juan Luis Polo con Nicolasa María Dorantes Ledesma, hubo enorme descendencia, de la que provinieron importantes líderes insurgentes de la región.

Siguiendo el hilo del movimiento insurgente que dio origen a nuestra Independencia, es necesario que los historiadores pongan mayor énfasis en algunos protagonistas locales hasta ahora poco advertidos, pero no por ello menos importantes.

Sin ellos, los grandes próceres de nuestra Independencia no hubieran logrado nunca su cometido, y ni siquiera la iniciación de sus nobles aspiraciones.

Así, en algunas comarcas del país varias familias se convirtieron en un semillero de patriotas que, como los Bravo y los Galeana, en tierra caliente, los Rayón y los Villagrán, en las provincias del centro, desde un principio se distinguieron por sus acciones.

A estos hay que añadir la presencia del coronel José Rafael Polo, que en compañía de sus hermanos José Trinidad y Manuel (originarios todos de San Nicolás de los Cerritos, hoy municipio de Polotitlán), se distinguieron por sus acciones en los distritos de Jilotepec, Huichapan y Tula.

Según la tradición, los hermanos Polo conocieron a Hidalgo en Aculco, cuando éste pernoctó en la casa de María Legorreta, cuñada del líder de aquéllos José Rafael. Pero no sabemos a ciencia cierta si participaron en la cruenta batalla que tuvo efecto en las inmediaciones de esta población (7 de noviembre de 1810), donde los insurgentes perdieron mucha gente, artillería y parque.

Muerto Hidalgo, el movimiento emancipador continuó su marcha, dirigido por Ignacio López Rayón y por Morelos. El primero, comprendiendo cuán importante sería que hubiera un centro de gobierno que coordinara la insurrección, instaló en Zitácuaro, el 21 de agosto de 1811, la Suprema Junta Nacional Americana, a la que se adhirieron desde su principio los hermanos Polo.

Por un testimonio suyo sabemos que José Rafael operaba en Tlalpujahua, el 13 de diciembre de 1811. Más tarde, después de los sangrientos sucesos originados por una irresponsable desobediencia de Epitacio Sánchez y Atilano García, que ocasionaron la muerte de muchos ilustres insurgentes, Rayón reunió a sus hombres dispersos, junto a una laguna situada al pie del volcán de Toluca, lugar al que le llevaron el cadáver del comandante Camacho, con lo que mucho se apesadumbró. Desde ahí mandó a Atilano García y a Epitacio Sánchez a Monte Alto, al coronel Cruz a Tenancingo y a los hermanos Polo a Aculco y campo de Ñadó, ordenándoles que engrosaran sus divisiones y estuvieran atentos a actuar cuando se los mandase. 

Pero los Polo además, comenzaron su tarea con un proyecto que habla mucho de su iniciativa, su talento y su capacidad organizadora como guerrilleros: la instalación de un fuerte, con sus talleres y fábrica de armamento, una maestranza de caballería y varios depósitos de víveres.

Dicho fuerte de Ñadó, reducto imprescindible en la provincia de México como lo fue el cerro del Gallo, cerca de Tlalpujahua, estaba enclavado en las inmediaciones de Aculco, en una peña montuosa, áspera y con las tres únicas subidas precipitadas y con terminación en la cumbre.

Según se expresa en el Diario de Rayón (8 de septiembre):

"??El coronel don Rafael Polo, después de una tarea incesante de siete meses, ha situado su campo, construido barracas y hecho comunicables las costillas o cerros pequeños, que, cercados de cañadas profundas, circunvalaban la peña principal; y sin desmayar continúa fortificando este punto inaccesible, hasta fundar en él una maestranza general que esté fuera del alcance del enemigo"2

Así, en una atmósfera que igual olía a muerte que a gloria, los hermanos Polo se ocuparon en hostilizar, con los Rayón, los Anaya, el padre Correa, los Villagrán, Epitacio Sánchez y Atilano García, a San Juan del Río, los distritos de Jilotepec, Huichapan y Tula, las serranías del Carbón y todo el valle de Toluca, incluso las goteras de la propia capital del virreinato.

Según el parte del capitán Anastasio Bustamante3, enviado al virrey desde Tlalnepantla el 7 de febrero de 1813, una gavilla "??de 600 a 700 hombres rebeldes de todas armas, acaudillada por uno de los Polos [Rafael], que manda en jefe, con Atilano, Epitacio y otros varios cabecillas"?, se hallaban acampados "??a la inmediación de San Miguel Teipan"?, próximo a los llanos de Salazar y La Marquesa, por el camino de Las Cruces4

Pero la actuación de los Polo no paró ahí, aunque andaban muy ocupados en fortificar a Ñadó, también incursionaron con frecuencia por todo el Bajío. En una de estas acciones junto con Ramón Rayón, José Rafael se distinguió por su valor y entereza en la ocupación de Jerécuaro, el 2 de septiembre de 1812.

Durante los siguientes meses, José Rafael, junto con Magos, los sobrevivientes Villagrán, Epitacio Sánchez, Joaquín Gutiérrez, Herrero y Quintanar, redobló sus ataques a San Juan de Río, Encinillas, Arroyozarco, Huichapan y Tula5

En este periodo, la causa insurgente padeció desconcierto e insubordinación de algunos correligionarios que debían haber cooperado al sostén de la misma. Por lo que murieron, no sólo Atilano García, Manuel Polo y José Antonio Villagrán, sino fueron mal heridos el coronel Polo, Herrero y Gutiérrez Quintanar, como lo informa Rafael Casasola en el parte enviado al coronel Ordóñez el 28 de julio de 1814.6

Desde 1821 miembros de la descendencia Polo ocuparon cargos importantes en la administración municipal de San Jerónimo Aculco, al que estaba sujeto entonces el futuro pueblo de Polotitlán.

Así, a raíz del liderazgo insurgente impuesto en 1810, por los hermanos José Rafael, José Trinidad y Manuel Polo - que armaron de su peculio un regimiento de caballería, cuyo centro de operaciones instalaron en el campo y cerro de Ñadó7, se sucedieron los puestos públicos que detentaron: Pedro Antonio Polo, presidente municipal de 1829 a 1830; Marcos María Polo, regidor durante los años de 1832, 1847 y 1852 (fallecido los primeros días de julio de 1856, cuando ocupaba el cargo de alcalde primero); los hermanos José Trinidad y José Felipe Polo, respectivamente, fueron regidores, alcaldes y jueces de paz de la ranchería de San Antonio, durante los años que van de 1831 a 1848, e incluso fueron candidateados a la presidencia municipal, en 1834; José María Basurto Polo, los mismos cargos que el anterior en 1835 y 1836; y Juan José Polo, de 1840 a 1843, juez de paz.8

Con estos hechos se fortaleció, mediante un sistema de parentesco local, la influencia y la dirección de una estructura social sui generis que controló las riendas del poder político y cultural que engendraría, con los años, a una nueva comunidad: San Antonio Polotitlán.9

De ahí la importancia que tuvieron, con su acción altamente positiva, algunos rancheros acomodados en el medio rural.

El Nacimiento de Polotitlán

"??Tan exitoso resultó el esfuerzo y poder de convocatoria que ejercieron desde muy temprano José Felipe Polo, José María Garfias y Nicolás Legorreta que, en 1845, la ranchería que se transformaría siete años después en el flamante pueblo de Polotitlán, ya daba muestras firmes de su desarrollo. Dice el texto del viajero inglés, William T. Penny, que por aquellos años pasó por ahí:

"??La gran llanura de El Cazadero ha mejorado mucho en aspecto desde que estuve aquí, hay nuevas casas y todo se encuentra mejor cultivado... Arroyozarco sigue tan sucio como antes10.

"??Esta reluciente imagen se confirmaría con los resultados que, años más tarde, José Felipe Polo expresaría en 1851, cuando se dirigió, en su carácter de representante y gestor municipal, al Congreso del Estado de México, para solicitar "??que la ranchería de San Antonio Polotitlán se eleve al rango de pueblo, por tener el número suficiente de habitantes y demás elementos necesarios"? 11

"??La ranchería se compone- dice-, de 220 familias que ascienden a 1,067 habitantes, según el padrón que se acompaña12; Todos sus moradores gozan de salud  limpieza, sus casas ofrecen la mayor comodidad, teniendo en varias su comercio, bueno y activo. Las calles están bien distribuidas, y [existe] un lugar en el centro de bastante extensión y de mayor comodidad posible, en el que se verifica el tianguis todos los domingos del año, en un grado incuestionablemente superior al de otras poblaciones.

"??Todos los días festivos se da misa en la ranchería, en una capilla que, en el año de 1847 se formó provisionalmente, a consecuencia de la idea que teníamos de elevar a esta población al rango de pueblo.

"??Existe, además, una escuela de primeras letras costeada por los fondos públicos, a la que asisten diariamente cerca de noventa alumnos, y, en fin, una música de viento superior a la de los pueblos circunvecinos, que en el corto tiempo que lleva de planteada ha sido sucesivamente invitada a tocar en varias partes, incluso, la capital del Estado.

"??Por otra parte, sus habitantes gozan de un clima suave y benigno [sic], de tierras a propósito para la labranza y la agricultura, como lo acreditan las cosechas anuales; tierras abundantes en pastos conque se mantiene un crecido número de ganado13 , y al destinado al uso y necesidades de la población, y al destinado a su comodidad.

"??Asimismo, Polotitlán, para su fundo legal, cuenta con una porción de terreno considerablemente mayor que el que previene la ley, pues al Norte se extiende unas dos mil varas, al Sur, más de tres mil quinientas, al Oriente, mil ciento diez, y al Poniente mil doscientas sesenta y dos, cuyas medidas y límites aún no constan con precisión.

"??Contando con tan poderosos elementos los vecinos de esta ranchería nos hemos visto precisados a pedir que San Antonio Polotitlán se eleve al rango de pueblo, viéndonos nuestra petición tanto más justa y satisfactoria, cuanto que la mayor parte de lo relacionado es el fruto de su trabajo penoso, realizado durante muchos años.

"??Por lo mismo, esperamos... que se remita esta solicitud al Señor Prefecto del Distrito, con el correspondiente informe, cooperando en cuanto sea posible al engrandecimiento de una de las poblaciones del partido, que dignamente preside. Asimismo esperamos el que el Señor Prefecto del Distrito, elevará esta solicitud al Excelentísimo Señor Gobernador del Estado, a fin de que se sirva iniciar a la Honorable Legislatura la erección del pueblo que deseamos.

"??No dudamos, que allí será escuchada nuestra débil voz, y hallará eco entre sus dignos miembros, atentos siempre a las manifestaciones de los pueblos, cuyos intereses están encargados de promover. Nosotros nos persuadimos de que será obsequiada nuestra solicitud, la que, aunque versa sobre una cosa insignificante, no puede menos que verse como un aliciente para esta ranchería, a la par que como un destello de prosperidad para el estado, en lo que no hemos hecho más que secundar los deseos que la Honorable Legislatura tienen de llevar al citado, al más alto grado de opulencia y esplendor. Por tantas razones, a usted suplicamos se sirva hacer, como pedimos, en la parte que le corresponde, pues en ello recibiremos justicia, merced y gracia. Firman José Felipe Polo y 34 más "?14.

El decreto no se hizo esperar, y el 10 de mayo de 1852, Polotitlán fue proclamado al fin, de la siguiente manera:

Decreto Núm. 61. El Congreso del Estado de Mejico ha decretado lo siguiente:

Artículo Único. Se erige en Pueblo la Ranchería de San Antonio Polotitlán, en el Partido de Jilotepec.

Lo tendrá entendido el Gobernador del Estado, haciéndolo publicar en esta ciudad, en la Cabecera de Distrito, y comunicándolo a quienes corresponda.

Dado en Toluca a 10 de mayo de 1852.-Francisco de Cuevas, José María Aparicio, Pascual Gómez Fuentes (rúbricas)15

¿Cuáles fueron los motivos que se tuvieron para dar, a esta nueva población la denominación de Polotitlán? La propia Comisión de Gobierno de la Segunda Legislatura Constitucional del Congreso del Estado de México, responde, al recomendar que:

...para evitar el ridículo, adoptando un nombre extravagante, deberá aplicarse uno de las personas eminentes que hayan liberado al país, o hecho algún servicio al Estado, y que al mismo tiempo hayan dejado de existir para que este honor póstumo evite la ceguera o el celo de la envidia16

Así, con todos estos elementos cosustantivos, trascendentales y decisivos, Polotitlán comenzó -en un rectángulo aproximado territorial de 90 kilómetros cuadrados -, dejando entrever su capacidad de desarrollo rural compuesto de "??un casco [la cabecera], con 658 habitantes, dos haciendas: San Antonio y Taxié; seis ranchos, a saber: Cerro Gordo, El Fresno, Casas Viejas, San Isidro, Buena Vista y El Álamo; y cinco rancherías: San Antonio, Escobedo, San Nicolás de los Cerritos, Ruano y Tenazat"?, siendo de advertir que "??cinco sextos de su población son de gente agrícola, laboriosa y trabajadora, y el otro sexto de indígenas operarios del campo pero gente muy morigerada"?17

En esta forma se mantuvo el municipio hasta 1875, en que sus vecinos, los habitantes de la hacienda de Arroyozarco, con sus rancherías de San Francisquito, Encinillas, Thastó, la Cañada, el Tejocote, Fresno, Loma Alta, la Soledad y la hacienda de la Cofradía Grande "??con todas sus accesiones, usos, costumbres y servidumbres"?, solicitaron a la quinta legislatura del Estado de México, el 26 de agosto, su incorporación a Polotitlán y consiguientemente la segregación de Aculco, por considerar que:

"??El naciente municipio de Polotitlán ha dado siempre pruebas inequívocas de que atiende con verdadero escrúpulo los ramos que constituyen la vida independiente de los pueblos. Se afana por difundir la educación a todas las clases de la sociedad y con particularidad a la más pobre; sus fondos se administran con pureza y se emplean verdaderamente en el objeto de su institución y en general se empeña siempre en mejorar su porvenir18"?.

Con tan contundentes argumentos el Congreso resolvió, "??erigir -ese mismo año, el 25 de septiembre -, en el Distrito de Jilotepec la municipalidad de Polotitlán, en el municipio del mismo nombre para lo cual"? se le agregaron las haciendas y rancherías ya mencionadas. 19/  Tres años después su cabecera -bajo la égida de su alcalde, Jesús Polo Castillo- sería elevada a la categoría de Villa con el apellido honroso "??de la Ilustración"?20.

Guillermo Prieto dice(1853), que lo que hoy es la cabecera de Polotitlán:

"??...era apenas un punto de remuda de la diligencia -entre Arroyozarco y San Juan del Río -, consistente en un corral de trancas y un cuartucho de tablas a la entrada del espacioso y magnífico llano del Cazadero... Al amor al lucro, se agolpaban al jacal vendedores y traficantes, y fue el paraje de arrieros y luego el pueblo de gente feliz y laboriosa21.

Tan idílica imagen del tío Fidel se prodigaría durante muchos años, en otros viajeros que le visitaron a lo largo del siglo XIX.

José María Vilaseca, famoso transeúnte y editor religioso catalán, fundador de la orden de los Josefinos en México, dice, en 1859 que:

"??...a la vista de Polotitlán me acuerdo de uno de los días más hermosos de mi vida... Sus pobladores los Polo, los Basurto y los Garfías me hacen pensar en esta bien aventurada paz que Dios, por medio de su misión, ha restablecido entre sus habitantes22.

Y cuando en 1876 Porfirio Díaz, candidato a la presidencia de la República, estuvo en Polotitlán, expresó: "??Sus condiciones de moralidad, su cultura y amor al trabajo excepcionales, hacen de este un pueblo ilustrado"?.

No en balde dos años después fue elevada su cabecera, en memoria de éste acontecimiento, a la categoría de villa con el nombre honroso de Polotitlán de la Ilustración. 23/

Fue aquí en donde el famoso compositor hidalguense, Abundio Martínez, hizo sus pininos dirigiendo una banda de música en 1892.

Sus "??condiciones de moralidad, cultura y amor al trabajo excepcionales"?, propiciaron un desarrollo económico que permitió un florecimiento urbano, agrícola y ganadero, y la instalación de una estación de ferrocarril en 1882. Poco antes ya disponía de los servicios de correo y telégrafo nacionales. Este último inaugurado en 1878 con un interesante mensaje del ciudadano general Juan N. Mirafuentes, gobernador del Estado de México, en donde expresa, el 10 de abril, al munícipe Jesús Polo Castillo:

Para aquel entonces Polotitlán, con más de 3 500 habitantes, se convirtió en un anfitrión hospitalario de primerísima importancia que trascendió con la visita de ilustres personajes de la talla de Vicente Riva Palacio y José Vicente Villada.

Diecisiete años después, el gobernador del Estado de México, José Vicente Villada, viniendo en ferrocarril de los Estados Unidos, llegó a la estación de Polotitlán el 29 de diciembre de 1895. Aquí fue recibido por un selecto grupo de vecinos de este pueblo.

Todavía antes de que se desmoronase el viejo régimen del general Díaz, Polotitlán fue escenario de grandes acontecimientos. Uno de ellos, por su importancia científica, mereció que la Memoria del Misionero de Fomento reprodujera con todo detalle el "??Informe de los trabajos ejecutados por la comisión mandada a San Antonio Polotitlán a observar el eclipse anular del sol, verificado el día 28 de junio de 1908"?.

Las observaciones de tiempo y latitud fueron hechas con un teodolito astronómico construido por Gautier de París, y empleado por primera vez. El objetivo del anteojo tenía un diámetro de 37 milímetros y una distancia focal de 30 centímetros, siendo su ocular acodado para permitir observaciones zenitales.

Lo que ocurrió en este pueblo a partir del movimiento armado de 1910, cambió su ritmo y su estabilidad. La desigualdad que se reflejaba en "??la tierra en poder de unos cuantos que a la vez son dueños del suelo y de los hombres que lo pueblan, la administración de justicia no existe ni hay jueces ni medios para pagarlos, y la educación pública se halla en el mayor abandono, los derechos del santuario mal explicados y peor entendidos, el nivel moral de los hombres no puede por razón natural, sino descender paulatinamente, y el país volverse incapaz de todo progreso moral, social y político..."?

Comenta el historiador francés Jacques Soustele:

"??Recuerdo como, cada vez que íbamos a Polotitlán, entre Jilotepec y San Juan del Río, nos sentíamos súbitamente oprimidos. El pueblo estaba medio abandonado, había una cantidad de casas vacías en las que crecían nopales que resquebrajaban las paredes de adobe; y mientras cargábamos gasolina o tomábamos una botella de cerveza, hombres armados de enormes pistolas surgían, rondaban en torno nuestro..."?

Polotitlán, en efecto, fue en esa época uno de los centros de operaciones de la autocracia inculta, enredadora y cruenta. Un "??lugar de miseria con sus esbirros grasientos que vagaban"? en una atmósfera de malestar y terror, aprisionando o matando.

Sin embargo, de algunos años a la fecha - fuera de la inigualable y positiva administración de su mejor edil contemporáneo Manuel Barcena Basurto, presidente constitucional de Polotitlán en dos periodos: 1976 a 1978 y 1988 a 1990- este municipio ha sufrido un sensible retroceso económico y social, debido entre otras causas, a una ineficiencia en el apoyo del campo, una desorganización en la distribución del uso del suelo y asentamientos irregulares no controlados, así como un alto costo al ayuntamiento para proveer a éstos de infraestructura y equipamiento. Por lo que es urgente que este municipio, en coordinación con el gobierno del Estado de México, a través de la Dirección General de Desarrollo Urbano, asuma la formulación de un Plan de Desarrollo Urbano del Centro de Población de Polotitlán.

Su cabecera que todavía impresiona por la amplitud de su plaza, la integración arquitectónica de sus edificios y lo bien delineado de sus calles, trazadas antaño por los fundadores de Polotitlán, ha sido objeto de inspiración como el de la poetiza, pintora y escultora Rosa María Ponzanelli, que en 1982 expresó:

"??Bonito Polotitlán en todas sus facetas... sus calles empedradas y limpias, la blancura de sus casas, el sol brillante tenue y tranquilo su ambiente; sus faroles se levantan largos y discretos, sus carretas en las calles llevando leche, alfalfa, agua, estiércol; sus tendejones de antes, sus portales a los lados, muchachos a caballo. El quiosco con su reloj como de cuento, con tanta belleza ¡único! Conjugándose en su plaza con sus elementos en una armonía bellísima... se levanta airoso"?.

Calles más abajo están los restos de la antigua arquería del mesón donde paraban el siglo pasado las diligencias del interior. Y por su puesto, los hermosos cascos de las exhaciendas de San Antonio, Taxhié, Cerro Gordo y el Alamo, construidas durante los siglos XVIII y XIX, a más del pequeño pero curioso templo construido por un sólo albañil en San Antonio el Viejo, durante más de 14 años, bajo la advocación del Santo Niño de Atocha.

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